Seguimos el trabajo de Fernando y Angelines hace tiempo a través de las redes sociales. De hecho, el ímpetu y tesón con el que defienden los productos artesanos y elaborados en las reglas del arte nos engancharon desde el kilómetro cero a sus perfiles en Twitter y en Facebook. Así que, desde que arrancamos nuestro particular periplo por las redes sociales estamos al tanto de lo que hacen estos dos locos del helado. Tuvimos la suerte de conocerles personalmente en la última edición de Conversaciones Heladas, en Viana. Y a partir de ese momento no hemos parado de descubrir sensaciones nuevas de la mano de estos artistas a través de cada una de sus elaboraciones.
El helado de mojito es muy especial, lo son también el de naranja y albahaca, el de miel santurdejo o el de vainilla chinantla. Pero uno de los más especiales para nosotros, y me consta que para muchos, es el de sombra de higuera. Inspirados por una higuera que tienen en el jardín que rodea al obrador, ¡¡ estos artesanos han logrado elaborar un helado que sabe a gloria !! De verdad que es un verdadero placer el comer alimentos que nos dicen cosas sobre nuestra tierra, sobre el medio que habitamos, sobre nosotros, más allá de los sabores artificiales y superfluos que camuflan las elaboraciones industriales que pueden estar totalmente deslocalizadas. A nosotros nos gustan los artesanos que hacen las cosas como Fernando y Angelines. Sin tapujos ni artificios. Helados de los de antes, helados que nos despiertan los sentidos, helados de verdad.
NOTA: Las fotos nos las han cedido Fernando y Angelines (Obrador Grate-Heladería Della Sera)
Las mesas sin mantel y de siete patas llaman la atención de la entusiasta Ana. Yo me quedo con las figuras del renovado Lladró, las Guest que tanto me gustan y que se venden por 200 euros, aquí mismo. Ellas presencian cada uno de nuestros gestos de admiración ante la llegada del tiradito de corvina, el nido de golondrina, el pesto, el moshi de quesos azules y alioli de miel, el turrón de fresas, vinagre y rosas, las almendras tiernas, el helado caliente de vainilla (una quenefa de patata, trufa y caldo de pollo para morir por dios, como dice mi amigo Juanjo de la salmoreteca) la tarta de manzana y campari, y la empanadilla de remolacha y cangrejo. Pausa, empiezan las palabras mayores….